En un mundo tan globalizado, en el cual la tecnología está eliminando barreras (culturales, generacionales, capacitistas y lingüísticas, entre otras), no nos ha de extrañar llegar cada vez más a audiencias diversas, en múltiples sentidos. A pesar de la gran ventaja que esta mayor visibilidad debería suponer, también viene acompañada de un gran riesgo: la posibilidad de perder la vinculación con parte de nuestro público.
Conectar de manera auténtica con diferentes grupos de personas no es solo una cuestión de adaptar el mensaje, sino de comprender profundamente sus necesidades, aspiraciones y realidades. Pero, ¿cómo podemos lograr que esa conexión sea genuina? Aquí es donde entre en juego la comunicación inclusiva, convirtiéndose en un pilar fundamental en la relación entre las marcas y sus diferentes audiencias.
¿Qué es la comunicación inclusiva y por qué es clave?
La comunicación inclusiva implica crear mensajes, contenidos y experiencias que sean accesibles, representativos y respetuosos con y para todas las personas, independientemente de su género, edad, origen cultural, orientación sexual, capacidades o cualquier otra característica que las haga únicas. La comunicación inclusiva va más allá de hablar de diversidad, se trata de reflejarla de manera auténtica y natural en cada aspecto de la comunicación de la marca.
Incorporar la inclusión en la comunicación tiene múltiples beneficios: además de expandir el alcance de nuestra marca, fortalece la conexión emocional con el público, genera confianza y refuerza la reputación corporativa. Sin embargo, es esencial evitar caer en estrategias superficiales o de marketing vacío, como el rainbow-washing o el femvertising, que buscan aprovechar la diversidad solo como una herramienta de venta, sin comprometerse realmente con la causa ni los valores de los que se hace gala, con el simple objetivo de facturar más.
Conoce a tu audiencia: diversidad más allá de los estereotipos
Para que el público conecte con nuestra marca, no puede sentirse reducido a simples etiquetas ni estereotipos. Por eso, es fundamental conocer profundamente a las audiencias a las que nos dirigimos. La comunicación inclusiva se construye sobre la escucha activa y la investigación constante: no podemos asumir qué necesita o quiere una persona solo por su género, edad, etnia o cualquier otra característica.
Es clave evitar la tentación de representar a las personas a través de clichés o imágenes simplificadas. En lugar de recurrir a estereotipos, es importante reflejar la diversidad real dentro de cada colectivo: mostrar personas con distintas edades, estilos de vida, trayectorias y experiencias. La inclusión auténtica no se limita a visibilizar a ciertos grupos, sino a representarles con matices, respetando su complejidad y evitando reducciones que refuercen prejuicios.
Lenguaje y representación: claves para una comunicación equitativa
El lenguaje es una herramienta poderosa que influye en nuestra percepción del mundo. La científica Lera Boroditsky (Universidad de California, San Diego) ha investigado más de 7.000 lenguas y concluye que “no es que usemos el lenguaje para expresar los pensamientos que tenemos, sino que el lenguaje que hablamos da forma al modo en que pensamos y experimentamos el mundo”.
En español, el uso del masculino genérico para referirse a grupos mixtos es, desde hace unos años, objeto de debate. Existen estudios que demuestran que las niñas no empiezan a sentirse incluidas en este uso hasta los seis años, lo que genera confusión e incluso puede contribuir a su invisibilización. Esta forma de lenguaje también impacta en nuestro imaginario colectivo: si siempre hablamos de “los doctores”, “los directivos” o “los políticos”, es más probable que nuestra mente evoque la imagen de un grupo de hombres, excluyendo de manera inconsciente a las mujeres y otras identidades de género.
Pero las palabras no operan solas, van acompañadas de imágenes que refuerzan o desafían los significados que transmitimos. Si el lenguaje puede moldear nuestra forma de pensar, la representación visual contribuye a fijar esos imaginarios o a ampliarlos. Por ello, es clave que las ideas y los conceptos visuales que diseñemos para comunicar nuestra marca reflejen la diversidad real de la sociedad y no perpetúen modelos homogéneos o estereotipados. Una comunicación inclusiva debe considerar tanto lo que decimos como lo que mostramos, asegurándonos de que todas las personas puedan verse representadas de manera auténtica.
La inclusión como parte de la estrategia de marca
La inclusión no puede ser solo un eslogan o una acción puntual de marketing de nuestra marca; debe estar integrada en nuestra cultura y estrategia global de la empresa. Para que una marca comunique de manera auténtica y creíble, la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) deben ser principios fundamentales que guíen tanto su comunicación externa como sus políticas internas. De lo contrario, corre el riesgo de caer en dinámicas vacías como las mencionadas anteriormente.
Las marcas que logran integrar la inclusión de manera orgánica son aquellas que entienden que este no es un aspecto opcional ni una tendencia, sino un compromiso a largo plazo con sus audiencias y con la sociedad en general. La coherencia entre el mensaje y la acción es fundamental: si la inclusión no se vive dentro de la organización, el público lo percibirá y la credibilidad de la marca se verá afectada.
Las compañías han de tener muy claro que la comunicación inclusiva no es un destino, sino un viaje, un proceso en constante evolución. No existe una fórmula única y correcta de hacer las cosas, sino un compromiso continuo por mejorar, escuchar y adaptarse. Las marcas que realmente apuestan por la inclusión no buscan solo proyectar una imagen diversa, sino construir espacios donde todas las personas se sientan representadas y valoradas.
Integrar la diversidad, la equidad y la inclusión en la comunicación no solo es una cuestión de visibilidad, sino también de relevancia y autenticidad. En un mundo donde las audiencias esperan algo más que discursos bien intencionados, las marcas tienen la oportunidad, y la responsabilidad, de ir más allá de las palabras y convertir la inclusión en un pilar fundamental de su identidad.
En LF Channel, como agencia de comunicación, y en DEI Channel, como consultoría especializada en diversidad, equidad e inclusión, ayudamos a las empresas a comunicar de manera más inclusiva y a trabajar para ser organizaciones más diversas y accesibles. Si quieres dar el paso hacia una comunicación más auténtica y alineada con los valores de la sociedad actual, ¡aquí estamos para recorrer este camino a tu lado!